domingo, 4 de septiembre de 2011

¿ Hemos evolucionado a una especie sin sentimientos?

Mis queridas princesas:



Tras años en los que la familia era el núcleo neutral de nuestra vida, la gente se ha liberado y ha empezado a moverse de una forma independiente y liberal. Para muchos este es un comportamiento contraproducente que ha derivado en la exclusión de una vida familiar para adentrarnos en la vida “a lo americano” , ¿quiere decir esto que se han perdido nuestros valores? Es cierto que cada vez nos cuesta más comunicarnos, ¿no sabemos expresar qué sentimos? ¿nos intimida la idea de “ desnudar” nuestro corazón más que desnudar nuestro cuerpo? Lo cierto es que hemos evolucionado de una forma interesante. Nuestra sociedad actual tiene (al igual que todas las cosas que hay en la vida) cosas buenas y cosas malas. Se nos dice qué debemos hacer con respecto a la moda , a las tendencias sociales, al amor, al sexo...pero no somos capaces de aceptar un consejo que nos mejore socialmente. Hemos desterrado el pasado sin tener en cuenta que muchos errores que cometemos podrían solucionarse si echáramos la vista atrás. Nos cuesta decir la verdad ante qué pensamos de los demás y sin embargo no nos cuesta hablar de política. Vivimos en una sociedad superficial donde no caben ni gordos, ni feos, ni contramodelos. Estamos en una sociedad donde las mujeres caben todas en tallas de la 38 para abajo y de hombres que se pierden los nervios por estar calvos a partir de los 30. gente sometida a dietas el 90% del año, que alterna en bares para gastarse lo que no tienen. Una población que intenta aparentar un estilo de vida o una forma de vestir que no poseen.

¿ Cómo se reconoce esto? Supongo que es como los bolsos. Yo al menos lo noto. Al igual que se aprecian unos Manolos o un Louis Voiton se nota cuando una persona es de “imitación”.

No os equivoqueis, no es que piense que no debemos tratar de superarnos y crecer tanto física como mentalmente. Es solo que me enfurece la idea de que alguien intente aparentar algo que ni en sueños tiene. Hoy he entrado a buscar un regalo que tenía pendiente a una de mis tiendas favoritas: “Bimba y Lola” es un sitio donde encuentro cosas que van con mi fondo de armario. Allí me he encontrado con una vieja “amiga” , o mejor, compañera. Estaba diciéndole a su novio que iba a volver otro día porque no tenía dinero en ese momento para comprar un bolso y un monedero que había visto (muy monos). De repente se ha dado la vuelta y me ha visto allí, evidentemente yo me he hecho la despistada y me he fijado en una camisa color beige que me había encantado, ella ha debido de darse cuenta de que yo lo había escuchado todo y rápidamente ha sacado una tarjeta de crédito y se ha llevado el bolso y el monedero, ha levantado la voz a la hora de que le cobraran el importe y ha preguntado por un artículo más (muy caro por cierto) asegurándole a la dependienta que volvería para llevárselo cuando lo trajeran. Cuando ha terminado de vociferar todo esto se ha dirigido a mi para saludarme, presentarme a su reluciente novio, contarme que ahora estaba más en la costa que aquí porque la había puesto a trabajar de prácticas en el banco donde estaba su padre y para preguntarme si seguía con mi ex (aunque ella sabía que no era así). Cuando le he dicho que no ella me ha vuelto a recalcar lo felíz que era y me ha dicho lo siguiente “tranquila, a ti también te llegará” . A mi me ha dado mucha risa y he pensado ¿me llegará? ¿me llegará el que? ¿tranquila? ¿qué demonios se ha creído esta?. Evidentemente le he tenido que responder y digamos que no he sido muy cortés pero he de reconocer que lo de mi ex fue un golpe bajo y me dolió, sobre todo cuando la escuché decir “pobre, pues yo lo veía un buen chico” ¿pobre?¿un buen chico? Si fuera un buen chico estaría con él ¿no crees? Esa fue la gota que colmó el vaso. Así que cargué mi arma y disparé. En primer lugar, le dije que si al final se había llevado todo eso (con lo cual ella arqueó la ceja , ya que sabía que la había escuchado decir que no podía permitírselo en ese momento) y después reparé en su novio.

No me gusta meterme con quien no conozco pero lo cierto es que parecía un subproducto de la MTV americana y no he podido evitar acordarme en todo lo que esa chica había “rajado” cuando no quise seguir con mi ex. Así que me he despedido y le he dicho “bueno espero que os vaya así de bien siempre y si seguís como dices, ya sabes neni, llévatelo a la reunión de antiguos alumnos del mes que viene y hablamos un poco!!” (evidentemente no lo llevará, porque primero debe “domarlo” para que se comporte como ella necesita que lo haga.



Vale, me he pasado, lo reconozco, pero os asustaría saber lo mala que puede llegar a ser una mujer en una situación de este tipo y más cuando se alaba a un ex, públicamente reconocido como un mal tipo, por sus actos.



Aquí no acaba mi experiencia. Tras esta mañana “adorable”, he vuelto a ir a la tienda , por la tarde, ya que la dependienta me había informado de que no había una talla S y la M era muy grande . ¿Creeis en la casualidades? ¿Dios? ¿El Karma? ¿Los hados? ¿El destino? No lo se...pero probándome la camisa, ha entrado mi “amiga” a la tienda para devolver lo que se había llevado por la mañana...



No lo pude evitar, salí del probador y pagué la camisa delante de una cara roja y enfurecida y tras un “bye mona!” (el mismo que me había dirigido ella por la mañana) he salido de la tienda. No debería de haberme sentido tan bien. Pero lo he hecho.



¿Por qué tenemos que aparentar lo que no somos? ¿es que acaso nos sentimos amenazados creyendo que se nos va a juzgar de una forma negativa? ¿el ataque es la única forma de autodefensa?



No se puede avasallar a una persona para intentar quedar por encima de ella. Ir de esa forma por la vida tiene unas consecuencias y desde luego no son agradables para nadie.



¿Conclusión? Por supuesto: la venganza es un plato que se sirve frío y lo cierto es que a veces tiene un sabor exquisito, aunque no debamos sentirlo así.



Os mando un besito mis queridas princesas.

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